A John (Forbes) Nash, mente maravillosa donde las haya, le perdían los patrones, existiesen o no. A mí las formas literarias, los géneros narrativos y las figuras retóricas. Aquí yo veo La fábula del banquero y el hipotecado.
También vale la del político y el votante o, tal vez por ser más actual, la de Rodrigo Rato y el trabajador.
Apostilla: Madre mía cómo se las gasta el bicho de los cojones.
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